Según agricultores y expertos en el tema la respuesta a esta pregunta es No. “A pesar de la importante lluvia de junio, la sequía sigue cerniéndose sobre la región de Coquimbo”, señaló el bioclimatólogo, Fernando Santibañez. 

Te entregamos los argumentos. Saca ahora tus propias conclusiones.

Lluvias de esperanza

Tras las precipitaciones del mes de junio “las lluvias y nieve entregaron una alegría particular para el mundo agrícola, porque esto significa, vida, siembras, recargas de los acuíferos, cosechas y subsistencia para las próximas temporadas”, señaló la Presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN), María Inés Figari.

La Presidenta de la SAN destaca lo que sucede en el embalse Cogotí de Combarbalá, que según el informe de la Dirección General de Aguas (DGA), aumentó su capacidad del 0% al 21% hasta este mes de agosto y en Choapa avanza la acumulación hasta más del 80% en el caso de Salamanca con el embalse Corrales. Este incremento trae esperanza para la próxima temporada, aunque Figari enfatizó la importancia de enfocarse en soluciones a largo plazo, asegurando que la SAN continuará trabajando en estrategias y gestiones para asegurar la sostenibilidad hídrica de la región, “promoviendo soluciones que fortalezcan el desarrollo agrícola a largo plazo”. 

Más al norte, en la región de Atacama, el bioclimatólogo, Fernando Santibañez señala que esta “se salva” de la sequía porque La Niña trae precipitaciones de cordillera que recarga de nieve las altas cumbres de las cuencas de Copiapó y Huasco y agrega que la cordillera de Coquimbo está recibiendo nevadas de frentes que pasan en altura desde el Pacifico y de las tormentas del lado atlántico de la cordillera que parecieran avanzar un poco más hacia el oeste, lo que permitiría que los embalses de la zona reciban agua de los deshielos desde fines de septiembre.

Sequía permanente 

La Presidenta de la SAN advirtió que a pesar del agua caída este 2024, “la sequía no se soluciona porque vivimos en una condición de escasez en forma permanente. Debemos continuar en la senda de buscar nuevas fuentes de agua con las desaladoras, aprovechamiento de las aguas de reúso junto con los pozos profundos para la recarga de canales, además de seguir aprovechando al máximo la que tenemos gracias a esta bendición que nos llega por estos días”. 

Más allá de las lluvias que se presentaron en junio, el escenario hídrico en la zona norte sigue siendo crítico. Los embalses del Elqui se encuentran en un 15%, La Paloma de Limarí en un 8% mientras que El Bato de Choapa en un 56%. “La sequía sigue cerniéndose sobre la región de Coquimbo. Coquimbo ha ido quedando en un espacio crítico debido a que los efectos de El Niño, que trae años de abundante lluvia, se han ido desplazando más al sur, al punto de que este fenómeno podría estar dejando de aportar las buenas noticias de aguas abundantes, como lo está haciendo de la región Metropolitana al sur”, explica el bioclimatólogo Fernando Santibañez y agrega “Coquimbo no estaría recibiendo los beneficios de El Niño ni de La Niña, quedando en una especie de agujero negro climático”, sentencia Santibáñez. 

Conclusiones

La sequía continúa, señaló María Inés Figari: “Estamos contentos con los superávit, cifras más bien estadísticas, pero todavía falta mucho más. La sequía no se acabará con más lluvias este año, se requieren por lo menos cuatro años en la misma condición para superar la escasez hídrica”. 

Santibáñez complementa: “El mensaje entonces es a cuidar cada gota este año y planear un uso muy austero del agua”.

Qué pasa en Valparaíso y qué esperar de La Niña

Sobre la situación en la región de Valparaíso, donde el embalse Los Aromos supera el 100% de su capacidad, Santibáñez explicó que esto ocurrió por una decisión política de desviar agua del río Aconcagua para asegurar el agua potable de Valparaíso, “si del clima dependiera estaría bastante vacío también, pues tiene una cuenca costera muy pequeña”, asegura. 

Respecto a qué se puede esperar de La Niña, el climatólogo señaló que esta trae lluvias de cordillera desde el norte y que “ojalá estas lluvias avances hasta Coquimbo, lo que no es tan probable pues es una Niña de media intensidad y que tenderá a retirarse hacia el otoño de 2025. No hay que cifrar muchas esperanzas en ella por este año”.