La Ministra de Agricultura fue subsecretaria de la misma cartera entre marzo de 2023 y mayo de 2025. Dejó el cargo para integrarse al equipo de campaña de la exministra
Carolina Tohá en las primarias oficialistas del 29 de junio. En total, fueron 88 días fuera del Gobierno, y luego volvió a liderar el Ministerio de Agricultura.

Socióloga y doctora en sociología por la Universidad de Barcelona, fue directora ejecutiva del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp) y se desempeñó como
asesora en la Dirección de Presupuestos (Dipres) del Ministerio de Hacienda.


APERITIVO

Partamos con un aperitivo para conocernos un poco más, ¿cuándo y cómo nació su interés por el mundo rural y la agricultura?

Mi interés por el mundo rural surge de mi trayectoria de trabajo en desarrollo territorial. Trabajé muchos años en el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (RIMISP), primero como investigadora y luego como Directora Ejecutiva. Me incorporé por mi experiencia en políticas públicas territoriales para coordinar un proyecto sobre diálogo de políticas públicas para la superación de la pobreza rural en cuatro países de América Latina. A través de este y otros proyectos pude ver las enormes diferencias que existen entre las zonas urbanas y rurales y quise poner mi experiencia al servicio del desarrollo rural.

La transformación rural tiene un componente institucional y uno social que, por mi formación, me resultaron muy evidentes de abordar. Pero trabajando en RIMISP comprendí rápidamente que la dimensión productiva ligada a la agricultura y otras actividades silvoagropecuarias, como también al turismo y las actividades de servicio, son claves para generar más y mejores oportunidades para las zonas rurales.

¿Cómo ve al agro chileno? ¿Cuáles cree que son los mayores desafíos que enfrenta actualmente?

Veo al agro chileno con gran potencial, pero también con desafíos estructurales profundos. Por un lado, nuestra agricultura exportadora es competitiva, tiene acceso a mercados internacionales y juega un rol estratégico en la seguridad alimentaria. Por otro, los pequeños agricultores y la agricultura familiar campesina a menudo carecen de los mismos recursos, infraestructura o acceso al financiamiento de los grandes productores. A esto se suma un contexto climático cada vez más adverso: sequía prolongada, estrés hídrico, degradación de los suelos y cambios en las ventanas productivas. Todo ello exige políticas integrales, innovación y una gestión territorial más sólida, que permita fortalecer la resiliencia de los sistemas productivos y asegurar el futuro de comunidades rurales. Uno de los mayores desafíos del agro chileno hoy, es equilibrar crecimiento y sostenibilidad. No basta con aumentar la producción; debemos hacerlo de manera responsable, protegiendo los ecosistemas y asegurando que los beneficios lleguen a quienes más lo necesitan. También es clave fortalecer la institucionalidad: tenemos que mejorar la vigilancia sanitaria (por ejemplo, frente a plagas o enfermedades), impulsar la innovación tecnológica y, al mismo tiempo, garantizar una distribución más equitativa de los recursos.


ENTRADA Y PLATO DE FONDO

Para el plato central, cuéntenos sobre este tiempo como Ministra. Con solo ocho meses para llevar a cabo un plan de acción, ¿cuáles son las prioridades de su gestión? En los poco más de dos años que me desempeñé como Subsecretaria impulsé con mucha fuerza una agenda de fortalecimiento e innovación institucional que se concreta en el Programa Chile Alimenta el Futuro que ejecuta el Ministerio con la colaboración del BID. Una de mis prioridades es asegurar las condiciones para la continuidad de ese programa. En línea lo anterior, y dada la particular vulnerabilidad a la que está expuesta nuestra agricultura por el ingreso de plagas, me he propuesto reforzar la institucionalidad sanitaria para proteger nuestra producción.

En otro ámbito, me he propuesto avanzar con urgencia en la agenda forestal. Lo primero en este sentido ha sido asegurar el financiamiento institucional para llevar adelante, junto con el Gobierno Regional, un programa de reforestación en Biobío en el marco del plan de recuperación industrial.

En continuidad con el trabajo que ya venía realizando el Ministerio, seguimos avanzando con fuerza en materia de competitividad agroexportadora, diversificando mercados y consolidando acuerdos sanitarios con otros países para proyectar a Chile como proveedor confiable de alimentos. Continuamos también, con la agenda de fortalecimiento de la AFC, con especial énfasis en abrir más oportunidades de comercialización y generación de ingresos, así como en el apoyo a las juventudes rurales.

Actualmente existe mucha informalidad en el trabajo agrícola y, por otro lado, hay una gran falta de mano de obra en el sector. ¿Cómo se enfrenta esa situación?

La informalidad agrícola es uno de los principales retos que enfrentamos: hay estimaciones de que más del 40% de los trabajadores agrícolas no están formalizados, lo que limita su protección social y precariza sus condiciones. Para abordar esto, la estrategia del gobierno incluye tres líneas: fortalecer la fiscalización laboral, promover buenas prácticas empresariales en el agro (especialmente en empresas que emplean muchos trabajadores) y generar políticas de apoyo para que los trabajadores migrantes estén en condiciones dignas y formales. En cuanto a la migración, nuestro gobierno habilitó desde 2023 mecanismos como la visa Mercosur para trabajadores temporales. Pero no basta con depender solo de eso: es necesario mejorar las condiciones laborales para que trabajar en el agro sea una opción atractiva también para la población nacional.

La escasez de mano de obra agrícola no puede resolverse únicamente abriendo fronteras: parte del problema es la baja atracción del trabajo agrícola, que muchas veces significa jornadas duras o condiciones laborales poco seguras. Queremos seguir apostando por formalizar más empleos, fortaleciendo la fiscalización y promoviendo un modelo en que la contratación formal sea la norma, no la excepción.

¿Qué significa para usted esta representación en un sector predominantemente masculino como el agro?

Creo que mi nombramiento refleja, en parte, un reconocimiento al valor de la experiencia técnica y de las mujeres en la política pública. Creo que esta representación es clave para dar voz a otras miradas: quienes nos aproximamos al desarrollo rural no solo desde la producción, sino también desde la equidad, podemos impulsar políticas más inclusivas y sostenibles.

Hoy las mujeres están cada vez más presentes en la agricultura, liderando procesos de ciencia e innovación, emprendimientos, gestión territorial y espacios de representación gremial, y eso está transformando positivamente al sector.

Mi formación sociológica, mi trayectoria en políticas públicas y mi compromiso con una agricultura socialmente justa me permiten aportar una mirada diferente, centrada en la dignidad de los trabajadores y las trabajadoras del agro, en la descentralización y en el empoderamiento de pequeños productores. Espero que mi gestión inspire a más mujeres a involucrarse en el agro y a colaborar para transformar este sector.

¿Cuál es la relevancia que para usted tiene el trabajo que realiza la SNA (Sociedad Nacional de Agricultura) en pro del agro chileno?

La SNA es un actor histórico y fundamental del agro chileno. Su trayectoria y su fuerte presencia en las regiones reflejan un compromiso permanente con el desarrollo agrícola del país y, con la representación de quienes han construido este sector desde los territorios.

Desde mi perspectiva, la colaboración público-privada es indispensable para avanzar en políticas agrícolas de largo plazo, especialmente frente a desafíos como la sostenibilidad, la formalización laboral y la competitividad internacional. En ese sentido, la SNA es un aliado estratégico: contribuye con capacidad técnica, visión sectorial y una legitimidad que es clave para impulsar transformaciones, acelerar la innovación y promover buenas prácticas en toda la cadena productiva.

Quisiera destacar además el tremendo rol que desempeñan los establecimientos educacionales de SNA Educa. Me ha tocado visitar algunos de ellos y nos hablan del compromiso de la SNA no sólo con la actividad productiva, sino con esta mirada más amplia del desarrollo rural en las distintas dimensiones de la vida de las personas.


POSTRE

¿Qué le gusta hacer cuando no está trabajando?

En este cargo no tengo mucho tiempo libre. El poco que me queda trato de estar presente para mis hijos (17 y 13). Los adolescentes parecen ser más autónomos y no necesitar a sus padres, pero es todo lo contrario. Procuro tener siempre un tiempo para conversar con ellos y acompañarlos. En las noches intento desconectar un rato leyendo, así duermo mejor. Hay que salir un rato de las pantallas y la hiperconexión.

Y pensando en el futuro ¿cómo ve el agro en 10 años más?

Me gustaría ver un agro chileno más diversificado, equitativo y resiliente. Imagino una agricultura familiar fortalecida, con mejores condiciones para pequeños agricultores, un mayor acceso a mercados, tecnologías adecuadas y también más y mejor institucionalidad para enfrentar los desafíos climáticos. Espero que también hayamos avanzado en la formalización del trabajo agrícola, reduciendo la informalidad y dando más dignidad a quienes trabajan el campo.


PALABRAS AL CAFÉ

 Si pudieras compartir un almuerzo con cualquier persona, con quién sería: Con Ismael Serrano, el cantautor español. Me gusta su forma de poner en música y letra asuntos personales y sociales que toda una generación hemos vivido.

Un libro que siempre recomiendas: La guerra de Galio, de Héctor Aguilar Camín. Me gusta mucho la historia, la política y Latinoamérica, todos elementos presentes en la novela.

Una palabra que defina al agro chileno: Diversidad.

Una mujer referente en el agro o la gestión pública: Michelle Bachelet.

Lugar favorito de Chile: La región de La Araucanía.