No puedo empezar estas palabras sin referirme a la crisis de violencia criminal que vive el país. Chile está perdiendo la batalla contra la delincuencia y personalmente nunca había visto el nivel de inseguridad por la que estamos atravesando.

En un país donde reina el miedo, no es posible el desarrollo ni el normal funcionamiento.  En marzo tuvimos el brutal asesinato de un matrimonio de agricultores en graneros, tuvimos otro agricultor en Colchagua que también fue asesinado, dos agricultores asesinados en Malloa el verano pasado y tres carabineros en Cañete asesinados en abril. A eso se suma una cantidad muy grande de asaltos a casas de campo por bandas de crimen organizado. El mundo rural está atravesando por una inseguridad muy profunda desde hace mucho tiempo y no se puede seguir esperando. Los que vivimos en sectores rurales hemos notado que las bandas de crimen organizado se han desplazado a nuestro sector y es imperativo detener esto ahora. El campo y el mundo rural es clave para el desarrollo de Chile, pero nada puede surgir en medio de la violencia.

El campo no para, porque tenemos que seguir produciendo alimentos, y el verano siempre es tiempo de mucho trabajo.

Como cada año, sufrimos la amenaza de los incendios. Al vivir en un contexto de cambio climático, temperaturas más altas y menos precipitaciones, tenemos que estar preparados y mejorar nuestro sistema de prevención. Este año tuvimos una mayor cantidad de incendios, pero menos hectáreas afectadas. De todas maneras, estamos hablando de alrededor de 250 millones de pérdida en agricultura. Hacemos un llamado a sacar una buena ley de incendios que nos ayude a prevenir y mitigar estos desastres.

Sin duda un trago amargo fue lo que vivimos en las cerezas, un cambio en la industria que no se esperaba, pero que nos presenta una oportunidad y un tremendo desafío de unirnos para enfrentar el futuro con un producto de excelencia, un producto superior, de la mejor calidad y de la mejor condición posible. Además, es clave conquistar nuevos mercados como India, el sudeste asiático, Medio Oriente y África del Norte, donde hay grandes oportunidades de crecimiento.

En 2024 la agricultura se consolidó como el segundo sector exportador del país, solo detrás del cobre, a pesar de ocupar sólo el 2,4% del territorio nacional. ¡Un impacto económico impresionante! Debemos fortalecer nuestros sectores más competitivos para continuar impulsando el crecimiento económico de Chile y abrir nuevas oportunidades en los mercados internacionales.

Antonio Walker – Presidente SNA