Con una vida marcada por la tradición agrícola y el espíritu gremial, Ricardo Ariztía Tagle ha sabido combinar su formación como ingeniero comercial con su pasión por el agro. En este Almorzando con, nos comparte su visión sobre el sector y nos cuenta del legado familiar que lo inspira, recordando a su padre Ricardo Ariztía de Castro, un hombre que dejó huella en el mundo agrícola y gremial.

APERITIVO: Antes de entrar en materia, queremos saber más sobre la persona con la que compartimos este almuerzo. Cuéntanos sobre tu trayectoria, tu vínculo con el agro y cómo has combinado tu formación como ingeniero comercial con tu vida en el campo.

El campo requiere una administración profesional como cualquier negocio, y los estudios de ingeniero comercial te entregan buenas herramientas para lograr ese objetivo. 

Estamos en el negocio agrícola, pero las variables financieras, contables, administración de personas y de control de gestión son relevantes para lograr buenos resultados en el largo plazo. Nunca dudé de querer trabajar en este sector que es lo que me gusta. El sector agrícola requiere de mucha gestión numérica.

  • ¿Cuál dirías que es el mayor aprendizaje que te ha dado el campo?

El valor por la familia como pilar fundamental. La actividad del campo te permite involucrar a tu familia al trabajo, hacerlos parte, recorriendo, mostrando los ciclos, viviendo los altos y bajos. Es un estilo de vida en el que todos están muy involucrados. Esto finalmente te une y te marca como familia.

El campo permite tener contacto directo y cercano con todo tipo de personas. Esto te hace más humano, tener los pies en la tierra, entender mejor los problemas reales de la gente e intentar solucionarlos.

Otra enseñanza es el valor por el trabajo bien hecho, el campo nunca para, de sol a sol sin saber qué día es. Recorrer, innovar, observar cada detalle, experimentar… Es un trabajo dedicado que finalmente entrega sus frutos y hace valorar el esfuerzo de cada día. 

Finalmente, el campo te enseña a ser más resiliente, a acercarse a Dios a través de la naturaleza, vas entendiendo que hay muchas variables que no se controlan. Así que, además de saber de agronomía y números, hay que confiar en la voluntad de Dios.

PLATO DE FONDO: Tu historia está marcada por una fuerte tradición en el agro, con un legado familiar que ha dejado huella en el mundo gremial. Queremos conocer más sobre la influencia de tu padre Ricardo Ariztía de Castro, quien fue presidente de la SNA y qué significa para ti continuar con ese camino.

Mi padre y abuelo nos dejaron muchos ejemplos y enseñanzas, ambos dedicados al servicio país a través de acciones gremiales, ambos fueron grandes innovadores en el mundo agrícola, muy trabajadores y siempre conectados con la gente, y ambos basaron su vida en el pilar de la familia.

Por supuesto que eso te marca. Al papá tuve el privilegio de tenerlo como papá, como jefe, como amigo, como mentor y como “partner”. Nos gustaban las mismas cosas, lo pasábamos bien trabajando juntos, armábamos negocios, éramos un equipo, también gozábamos en las actividades fuera del trabajo. 

Todo esto te va marcando en la vida, el día a día, la conversación, el continuo análisis y por lo tanto también vas estructurando tus visiones. La importancia del sector gremial, la importancia de trabajar por una mejor agricultura, por un mejor país, el estar conectados con la gente, con las autoridades locales, el trabajo conjunto, etc. En resumen, no dedicarse a trabajar por lo propio sin mirar y ayudar a quien lo necesita. 

  • ¿Cómo lo describirías tanto en lo personal como en su rol en el sector agrícola y gremial?

El papá, fue muy creyente y cercano a Dios, de principios sólidos, preciso y claro. Muy valiente, de carácter firme, y en su interior, muy cercano y cariñoso. Muy preocupado, buscando siempre el bien para todos y sobre todo el bien para la agricultura chilena. Buscó siempre el bien para su país; el papá fue un patriota.

El papá, como buen agricultor, sembró y cultivó los más diversos frutos. Armó, viveros de plantas e hizo ganadería, pero la semilla que más cuidó fue la familia, que sin duda fue su mejor producción, su mayor alegría y orgullo. 

  • ¿Recuerdas alguna anécdota o consejo especial que tu padre te haya dado sobre el agro?

Una entretenida discusión, y más bien en talla que nos hablábamos cada uno, era sobre los agrónomos o ingenieros en el campo. Me decía: “Los ingenieros solo saben de números y nunca le achuntan ni siquiera al dólar”. Y yo le contestaba: “Los agrónomos solos en el campo son un peligro, el gasto en los campos puede ser infinito”. Juntos hicimos una gran dupla. 

POSTRE: Para terminar, y mirando hacia el presente y el futuro, hablemos sobre el agro en Chile. 

  • ¿Cómo crees que ha cambiado el mundo agrícola en Chile en los últimos años?

Chile agrícola no solo ha cambiado sustancialmente en los últimos 40 años, sino que ha logrado en muchos rubros posicionarse en un top 3. Esto no solo se refleja en el crecimiento de las ventas, sino que también cómo llega inversión extranjera a este rubro.

La agricultura es de alto dinamismo, quien se queda tranquilo, se duerme. Debemos siempre seguir en la búsqueda de tecnologías y estar abierto a los cambios continuos, que es lo que muchas veces nos cuesta. 

  • ¿Cuáles crees que son los principales desafíos del agro hoy?

Los agricultores son emprendedores por definición. Son empujadores, buscan tecnologías, innovaciones, Hay un ecosistema de personas ligadas al agro que tienen energía para hacer cosas, pero…

En el último tiempo, gastamos nuestro tiempo, energía y recursos en dedicarnos a cercar plantaciones, a proteger animales, a poner cercos eléctricos, concertinas, a blindar las bodegas, a hacer zanjas, a llenarnos de cámaras, de empresas de seguridad, a arriesgar vidas cuidándonos de los delincuentes, a tener armas, a encerrarnos para protegernos. 

De acuerdo con las últimas encuestas, al sector agrícola le roban USD 1 millón de dólares al día, USD 360 millones al año, a esto hay que sumarle el gasto anual en seguridad que seguramente sobrepasa con creces el monto del robo. Aquí se requiere voluntad política para detener esta ola delictiva. Es claro que una buena parte de los políticos y el ejecutivo o no entienden lo que pasa o están cómodos con esta situación, no se explica de otra forma. Con esta tendencia no habrá desarrollo. Esto es tierra de nadie.

Obviamente hay muchos otros desafíos estructurales como el agua, el cuidado de nuestro patrimonio fitosanitario, nuevos mercados, leyes laborales que conversen con el mundo agrícola, pero vuelvo a lo más básico… Necesitamos seguridad. 

PALABRAS AL CAFÉ

  • ¿Asado o cazuela?: Asado.
  • ¿Un lugar en el campo que le traiga buenos recuerdos?: El recorrido del fin de semana con la familia a los campos. Las salidas a los cerros, las cosechas.
  • ¿Un olor que le recuerde a su infancia?: La olla grande donde se hacía el manjar con una cuchara de palo revolviendo el día entero.
  • Si pudieras compartir un almuerzo con cualquier persona, ¿a quién elegirías?: Mi señora y mis seis niños.