En este “Almorzando con” nos sentamos con Ignacio Besoain, Presidente de Fedecarne y Segundo Vicepresidente de Agrollanquihue, quien comparte con orgullo cómo, por primera vez, el gremio llega a la mesa directiva de la SNA. Con más de 25 años de experiencia en el sector agrícola y ganadero, Besoain cuenta las innovaciones aplicadas en su empresa, Corte Criollo, que marcaron un cambio en el mercado de la carne chilena. En esta conversación aborda los desafíos del sector, el gran logro de haber alcanzado la representatividad total de los productores de carne en el gremio, y nos permite conocer un poco de su vida personal.

Aperitivo

– Comencemos este almuerzo con un aperitivo. Cuéntanos, ¿cómo llegas al rubro agrícola?

Mi familia siempre estuvo en el sector frutícola y teníamos campos en el sur con producción ganadera. Hace unos 18 años me vine para hacerme cargo. El negocio estaba medio botado desde el punto de vista de la crianza y la engorda, y queríamos hacerlo crecer. Junto con dos socios, vimos la posibilidad de avanzar en las siguientes etapas de la comercialización de la carne. Ahí nace Corte Criollo, hace ya unos 14 o 15 años.

– Sigamos con la entrada, ¿cómo fue tu llegada a Agrollanquihue y luego a Fedecarne?

Como productor ganadero en la zona de Los Lagos me invitaron a participar como director en Agrollanquihue, porque en ese momento el gremio estaba muy enfocado en la lechería. Me llaman para darle un mayor realce al sector ganadero. Así empecé hace unos 7 u 8 años.

Asimismo, como representante del sector ganadero, me invitaron a sumarme al directorio de Fedecarne, que es la federación nacional que agrupa a todos los gremios de productores bovinos de Chile. Llegué como Director, después fui Vicepresidente y luego Presidente. Hoy llevo dos períodos completos y en agosto fui elegido por tercera vez.

Esto no viene de familia; no tenía antecedentes gremiales cercanos. Fue más bien una inquietud personal de combinar lo que hacía como agricultor con poder gestionar, a través de los gremios, las necesidades que teníamos.

– ¿Cuáles han sido los principales desafíos y logros de Fedecarne en los últimos años?

Uno de los primeros desafíos fue lograr la mayor representatividad nacional. Antes la federación no tenía al 100% de los gremios de carne bovina, y eso limitaba mucho. Este año logramos incorporar a Asogama, y con eso completamos el mapa: hoy representamos al 100% de los productores ganaderos del país. Ese fue el primer gran objetivo.

Después vino el trabajo con el sector público para que Fedecarne fuera reconocida como la voz oficial de los productores. Y junto con eso hemos empujado la promoción de la carne nacional en el mercado interno.

Hoy el 65% de la carne que se consume en Chile es importada y sólo un 35% es nacional. No es porque exportemos mucho, sino porque no tenemos la masa ganadera suficiente, en parte por la baja rentabilidad de las últimas décadas. Pero al mismo tiempo, los consumidores han empezado a valorar mucho más la carne chilena, la diferencian de la importada y eso es una oportunidad para crecer.

– Y el siguiente paso fue la Sociedad Nacional de Agricultura, ¿cómo ha sido la llegada a Director gremial de la SNA?

Como Presidente de Fedecarne yo era Consejero de la SNA. Pero en la mesa directiva de la SNA hay cuatro grupos integrados por los gremios nacionales. Históricamente, en esos puestos estaban sectores como la fruta, la leche, el vino y un cuarto que, en general, correspondía a algún gremio del sur. Fedecarne se ha ido posicionando como gremio, fortaleciéndose cada vez más y eso nos permitió contar con una mayoría importante y quedar en el directorio.

Esto tiene una relevancia altísima porque no habíamos estado nunca, así que, como sector y como gremio, es muy importante. Creemos que, sin duda, es un sector muy relevante y que no podía quedar fuera.

Entrada y plato de fondo

– Toca el plato de fondo, hablemos de algo más personal. ¿Qué significa para ti el campo y la ganadería?

Es un estilo de vida. Nosotros como familia nos vinimos a vivir al sur hace ya unos 18 años, cerca de Puerto Varas. El campo no es solo un trabajo, es una forma de vida. Poder transmitir a las nuevas generaciones el apego a la tierra es algo muy importante para mí.

Lo que más disfruto de la vida de campo es lo que nos pasa a todos los agricultores: estar en terreno, al aire libre, viendo crecer a los animales. Uno convive con seres vivos, es casi como ver crecer a la familia. Y ahí el bienestar animal y la sustentabilidad no son discursos, son parte del trabajo diario. No podríamos tener un buen producto sin eso.

– ¿Tienes alguna anécdota o recuerdo especial ligado a la ganadería?

Más que una anécdota puntual, diría que siempre me impresiona la distancia que existe entre el mundo urbano y el rural. No se percibe la ganadería como algo natural. Es como cuando antiguamente algunos creían que la leche venía del supermercado, y ahora con la carne pasa algo similar.

Uno convive con un animal que debe cuidar, con todo un proceso muy sustentable. Y todos los “mitos” respecto a que es una industria que contamina o que no hay bienestar animal… No solo estamos absolutamente en contra de eso, sino que hace mucho tiempo venimos aplicando criterios de sustentabilidad. Esa disociación entre el mundo urbano y el rural es casi anecdótica.

– Tomemos una copa y conversemos de lo que ha sido tu principal negocio. Eres socio de Corte Criollo, una marca que incluso se hizo viral con los videos del Profesor Klocker. ¿Qué ha significado esa experiencia?

Siempre es difícil para los que estamos en el sector primario integrarnos a la siguiente etapa. Pero hace varios años tomamos la decisión de dar el salto. No solo buscar una mayor rentabilidad, sino también generar un cambio en el consumo.

Antes la gente era fiel a una carnicería. Iba a comprar a un lugar porque lo atendían bien, le vendían buena carne, pero no por una marca. Nosotros quisimos cambiar eso, quisimos desarrollar marca. Empezamos a crecer, abrir nuestros propios locales, y ahí apareció este vínculo con el Profesor Klocker, que agarró mucho vuelo en un período en que comenzó a generarse un cambio cultural en el consumo de la carne, donde los consumidores se empezaron a empoderar.

Sin duda, el trabajo que ha hecho el Profesor Klocker ha sido tremendo, no sólo para nuestra marca -donde fue muy importante-, sino también para el consumo de la carne en Chile. En una industria donde era muy difícil ser conocido en distintas zonas, lo logramos a través de las redes sociales: llegamos a todo el país gracias al reconocimiento de marca, a los videos, al contenido, y de esa forma nos hicimos conocidos.

Eso nos permitió crecer, abrir locales propios y finalmente dar otro paso: en 2019 compramos un frigorífico y un matadero, con lo cual nos integramos verticalmente en toda la cadena.

Postre

– Terminemos con el postre, ¿cómo imaginas la ganadería chilena en 10 años más?

Hoy estamos en un buen momento, con precios altos a nivel mundial porque hay menos oferta de ganado y la demanda en mercados como China crece fuerte. Además, se está revirtiendo la idea de que la carne bovina es solo contaminación. Cada vez se reconoce más que es una proteína necesaria y que la industria puede ser muy sustentable, y creo que seguirá así.

Quizás nunca seremos un gigante por volumen, pero sí por calidad. Chile tiene atributos únicos: agua, cordillera y mar que nos protegen la sanidad animal. Eso debería consolidarse.

– ¿Y tú, cómo te ves en 10 años?

De todas maneras en el rubro. Espero haber dejado bases más sólidas para que otros tomen la posta gremial, algo que cuesta mucho en Chile, y que Fedecarne siga con mayor participación. Ojalá también que Chile se sienta tan orgulloso de su carne como los argentinos de la suya. Creo que vamos camino a eso.

Palabras al café

Integrantes de tu familia: mi señora y 4 hijos.

El mejor corte de carne para disfrutar con amigos: el “vacío criollo”, que es el centro del tapabarriga. Nada une más que compartir la parrilla mientras chisporrotea un buen corte jugoso y muy sabroso.

Una tradición familiar que quieras transmitir a tus hijos: el respeto por la mesa. No solo comer bien, sino sentarse juntos, conversar, reírse y disfrutar del tiempo en familia.

El mejor truco aprendido del profesor Klocker: hacer la punta de ganso a la espada a fuego fuerte primero para sellarla, y luego terminarla con calor más suave, así se logra un dorado perfecto sin perder jugosidad.

Si pudieras compartir un almuerzo con cualquier persona, ¿con quién sería?: con mis abuelos. Volver a tenerlos en la mesa, escuchar sus historias y compartir un buen corte criollo sería, sin duda, el mejor de los almuerzos.