Aranceles, guerras y una temporada pasada que trajo importantes desafíos, ¿qué se puede esperar? Expertos y gremios analizan el escenario actual.
La temporada 2024/2025 quedó marcada como histórica para el agro chileno. Chile exportó cerca de 530 mil toneladas de cerezas, lo que representó un crecimiento del 30% en volumen anual y permitió alcanzar un valor FOB de US $3,3 mil millones. Sin embargo, Francisco Gana, Jefe de Estudios de la SNA, lo describe como un “momento agridulce”, ya que ese excedente de oferta –con 91% de las cerezas destinadas a China– derivó en una caída del precio cercano al 29% respecto a la temporada anterior.
“El resultado fue un crecimiento modesto en valor (+9%) pese al salto volumétrico, generando preocupación en la industria por la dependencia de un solo mercado y la necesidad de controlar la calidad y calibres para evitar dañar la reputación del producto”, sostiene Gana.
El diagnóstico es claro: la dependencia de un solo mercado genera vulnerabilidad. Claudia Soler, Directora Ejecutiva del Comité de Cerezas de Frutas de Chile, lo resumió así: “Uno de los aprendizajes más claros es que la calidad es clave para mantener la demanda y la rentabilidad. Los consumidores chinos buscan un producto premium, y si no cumplimos con ese estándar, corremos el riesgo de ser reemplazados por otras opciones como arándanos o frutillas, por ejemplo”.
ARANCELES, UN ESCENARIO CON INCERTIDUMBRES
El inicio de 2025 estuvo marcado por la decisión del Gobierno de Estados Unidos de aplicar un arancel general del 10% a las importaciones agrícolas, lo que incluye a Chile. Esta medida, en ausencia de un acuerdo específico, impacta directamente en la competitividad de los envíos frutícolas.
Para Jorge Sahd, Director del Centro de Estudios Internacionales UC, “el objetivo inmediato debe ser lograr que se elimine el arancel universal del 10% y restablecer el arancel cero que corresponde a un socio con acuerdo vigente”.
“La imposición de medidas proteccionistas por parte de nuestro segundo socio comercial puede afectar sectores claves, como el agrícola, minero y forestal. El desafío, por tanto, es doble: defender institucionalmente nuestras ventajas en EE.UU. y, al mismo tiempo, construir escenarios que nos permitan mitigar los impactos, profundizando la diversificación de mercados”, agrega el analista internacional.
El Presidente de la SNA, Antonio Walker se refirió al respecto a principios de agosto y sostuvo: “No estamos conformes con el arancel del 10%, ya que es fundamental cumplir los TLC y asegurar las mismas reglas del juego para el comercio internacional. Los productos americanos ingresan a Chile sin aranceles, y esa debe ser también la condición para nuestras exportaciones”.
Walker añadió que “las medidas unilaterales del Gobierno de Estados Unidos generan gran incertidumbre en los mercados internacionales. Por ello, consideramos importante continuar negociando hasta alcanzar arancel cero para los productos agrícolas chilenos”.
Desde Fedefruta, su Presidente, Víctor Catán, coincidió en el efecto negativo de estas medidas: “Chile es un país respetuoso de los tratados internacionales. Estados Unidos es un mercado importante para nosotros, el cual cuidamos. Creemos que esto le hace un daño a los consumidores americanos, toda vez que los priva de poder tener frutas de la calidad como la fruta chilena”.
A pesar de esto, Sahd advierte que “el mayor costo del ciclo actual no proviene de los aranceles, sino de la incertidumbre generalizada en la economía internacional”, esto en medio de un contexto global fragmentado. “Para Chile, un país abierto y altamente dependiente del comercio exterior, la inestabilidad geopolítica constituye un riesgo altísimo, con efectos potencialmente mayores en el flujo de exportaciones”, agregó.
LA IMPORTANCIA DE LA DIVERSIFICACIÓN DE MERCADOS Y ASOCIATIVIDAD
El consenso entre gremios y autoridades es que la diversificación es urgente y debe hacerse con estrategia.
“La diversificación debe estar en el centro de la política comercial chilena”, coincide Jorge Sahd. “La India representa un proyecto de largo plazo con enorme potencial; el sudeste asiático emerge como un polo de dinamismo económico; y los países del Golfo ofrecen oportunidades significativas en energía, alimentos e inversión. Estos destinos, junto a la defensa de los mercados tradicionales, deben conformar una agenda de futuro”, añade.
En un evento organizado por ProChile, Walker sostuvo: “Las cerezas son clave en nuestras exportaciones, siendo un motor económico para miles de familias productoras y un referente de calidad de nuestros productos en mercados internacionales. De cara a la próxima temporada, es esencial diversificar los destinos de exportación, fortalecer nuestra presencia en mercados como China y explorar nuevas oportunidades en Asia y otras regiones. La colaboración entre gremios y autoridades es fundamental para seguir consolidando el éxito de esta fruta”.
Por su parte, Claudia Soler fue clara al respecto: “En términos de diversificación, si vemos el crecimiento de los últimos 10 años en las exportaciones, estas crecen en promedio al año un 24%. ¿Qué ha pasado con los mercados de China? Crecen un 15%. Por lo tanto, si bien ha habido un crecimiento importante, el incremento de la industria ha sido superior a la diversificación y por ende China ha aumentado su participación”.
“El Comité realiza programas de promoción en China, pero también en Estados Unidos, Corea, India y Brasil. Se busca con esto ir desarrollando la demanda en el resto de los mercados”, agregó.
Sin embargo, Soler advierte que: “Es importante recalcar que ningún mercado aparte de China está preparado para un crecimiento exponencial como el que ha tenido el mercado chino. Debemos cuidar el desarrollo de los mercados alternativos. No es llegar y decir hay que diversificar. La tarea se está haciendo y hay que hacerla con cuidado y de una manera consistente”.
En tanto, Víctor Catán recalcó el valor de la unidad gremial: “Como Fedefruta, Asoex, Frutas de Chile y SNA nos hemos unido para tratar las diferentes problemáticas y poder resolverlas en conjunto. Creo que ya dimos un paso importante hace pocas semanas y probablemente a la brevedad se conocerán medidas concretas”.
TEMPORADA 2025-2026: ¿QUÉ ESPERAR?
Los estudios y cifras recientes de Odepa reflejan tendencias mixtas. En cuanto a volúmenes, Chile enfrenta una transformación en su matriz productiva: cultivos como la cereza y el avellano europeo crecen aceleradamente –las superficies plantadas aumentaron en promedio 16% y 26% anual en los últimos 3 años mientras especies tradicionales como la uva de mesa y el manzano retroceden (-8,4% y-6,9% de superficie anual) por cambios varietales y menores rentabilidades. Este recambio productivo augura mayores volúmenes exportables en ciertos rubros (por ejemplo, más cerezas y frutos secos en el corto plazo), pero también podría intensificar la competencia en mercados de destino y presionar los precios a la baja si la demanda no crece al mismo ritmo.
“Los analistas prevén que Chile mantendrá en 2025-2026 niveles de exportación frutícola similares a los actuales, en torno a US$10 mil millones anuales, a menos que surjan nuevos motores de consumo”, explica Gana.
En el caso específico de las cerezas, Claudia Soler adelantó que “para esta temporada, y en función de las hectáreas plantadas, se espera un 6% de crecimiento del volumen. Esto sin considerar algún efecto que pueda tener el clima durante el proceso productivo previo a la cosecha”
“Hasta el minuto, esta temporada ha tenido un invierno positivo, con precipitaciones con olas de frío, todavía queda un tiempo que pudiera tener afectaciones, sobre todo de heladas, pero vemos una temporada positiva, estamos haciendo las labores propias para que los resultados de una buena temporada se puedan materializar y no suceda lo que ocurrió el año pasado”, indicaron desde Fedefruta.
Como advirtió Francisco Gana, la clave será adaptarse: “Se proyecta más oferta en rubros emergentes, precios contenidos por competencia y una demanda internacional que crece, pero con cambios en su composición. Todo ello obliga al agro chileno a sostener sus ventajas competitivas”.